Entre críticas y defensas los exámenes de bachillerato cumplen 30 años
- Jose Adrián Umaña para CAMPUS
- 28 nov 2018
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Jose Adrián Umaña para CAMPUS
Con críticas positivas y negativas de los diversos sectores, este año se cumplieron 30 años de aplicarse las pruebas de bachillerato en los estudios secundarios del país. Este mecanismo, que se hizo para acreditar los aprendizajes, también revela que el mayor nivel de aplazamiento se da conforme va aumentando la edad de las personas, especialmente en zonas rurales.
Los exámenes los realiza el Ministerio de Educación Pública (MEP) y evalúan seis materias: español (en dos partes: redacción y ortografía), matemática, estudios sociales, educación cívica, inglés y ciencias (cada estudiante escoge si desea aplicar el examen en biología, química o física matemática). Se requiere que el estudiante apruebe las seis materias para obtener su título de bachillerato y así continuar con los sus trámites de ingreso la universidad pública o privada o bien cumplir con este requisito para optar por un empleo.
Con respecto al origen de estas pruebas Isabel Román, coordinadora del programa Estado de la Educación, mencionó en el programa de televisión UNA Mirada que el sistema de bachillerato se fue desarrollando en 1973, luego se suspendió y que se volvió a instaurar en 1988.
30 aniversario de la prueba de bachillerato
Según Román, este sistema se creó porque es un mecanismo para acreditar los aprendizajes de los estudiantes al terminar la enseñanza media o la educación diversificada, y su importancia radica en que la sociedad tenga algún mecanismo de rendición de cuentas para asegurar que los estudiantes aprendan habilidades y conocimientos. Además, es un instrumento que proporcionara información válidamente confiable, construida para retroalimentar la toma de decisiones y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje; es decir, que si los estudiantes salen mal en ciertos temas, conocimientos o habilidades, que eso se convierta en un insumo para que sea retomado en los centros educativos y así mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pablo Mena, director de Gestión y Evaluación de Calidad del MEP, recordó también que a los resultados de las pruebas también se les incorpora la nota de presentación mediante el cual se toma en cuenta el proceso que el estudiante llevó a cabo en el centro educativo. Si un estudiante no logra aprobar el examen de bachillerato, existe un sistema que realiza el MEP, denominado “curva”, que contribuye a disminuir la cantidad de personas que reprueban el bachillerato. La “curva” es un estudio estadístico que se hace a partir de los resultados obtenidos en la prueba a nivel nacional.
Francisco González, investigador del Cide-UNA; Isabel Román, coordinadora del programa Estado de la Educación y Pablo Mena, director de Gestión y Evaluación de Calidad del MEP se refirieron a los 30 años de los exámenes de bachillerato, en el programa UNA-Mirada, conducido por Maribelle Quirós.
La realidad de las pruebas en los últimos años
Cindy Artavia, orientadora e investigadora del Centro de Investigación en Docencia y Educación (Cide) de la Universidad Nacional (UNA), mencionó que en dicho centro se han realizado varias investigaciones sobre estos exámenes y los resultados de las pruebas han variado muy poco.
Según Artavia, hay mayor presencia de mujeres que de hombres al momento de presentar los exámenes; sin embargo, el porcentaje de aprobación es más bajo en las mujeres que en los hombres. El estudio también revela otros datos relacionados asocaciados con el índice de desarrollo social del 2017, como, por ejemplo, que entre más alto es el índice de desarrollo social mayor es el porcentaje de aprobación; hay mayor aplazamiento conforme va aumentando la edad de las personas y es aún mayor en zonas rurales que urbanas, donde los resultados realmente bajos en las pruebas.
Por su parte Mena agrega que, en general, los resultados han sido consistentes, ya que en el 2016 se obtuvo una promoción de aprobación del bachillerato de aproximadamente un 73% y de un 70% en el 2017. Los rendimientos más bajos corresponden a las zona de Sulá, norte, fronteriza, Santa Cruz y Aguirre, entre otras regiones de Costa Rica. Por el contrario, los que tienen mejores niveles de promoción son las zonas que pasan el 70%, como por ejemplo, Cartago.
De igual forma, existen grandes diferencias en el porcentaje de aprobación, dependiendo de las materias evaluadas; por ejemplo, hay asignaturas como cívica o estudios sociales cuyas promociones alcanzan el 98% y el 95%, respectivamente, mientras matemática es la asignatura que presenta las promociones más bajas.
Mucho por mejorar y analizar
Francisco González, investigador del Cide-UNA, recordó que hay otras ofertas educativas por las que el estudiante puede optar, entre ellas: el bachillerato por madurez y el bachillerato de la educación diversificada a distancia, mediante las que se puede obtener el título con el mismo valor jurídico que tiene el se da en un colegio.
Aunque González admite que aunque técnicamente la evaluación está muy bien elaborada, se debería hacer una revisión integral sobre el peso de la nota presentación versus la nota de la prueba y hacer una discusión más amplia que permita marchar o ver hacia adelante en el mejoramiento de los resultados.
Cabe resaltar que conforme van transcurriendo los años estas evaluaciones han demostrado desigualdades al momento de presentarlas; por ejemplo, diferencias en el nivel de preparación en distintos centros educativos a nivel nacional, pese a admitir que la aprobación de estos exámenes depende en mucho del esfuerzo que realice cada estudiante, por lo que no se debe achacar la culpa por los resultados obtenidos a los docentes. Hay coincidencia en que para estas pruebas es importante que el alumnado repase la materia con meses de antelación y que el profesorado esté capacitado para impartir los centros de estudio.
Los resultados del estudio fueron presentados por Francisco González, coordinador del equipo investigador, el pasado 27 de noviembre en el auditorio Marco Tulio Salazar.
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