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Una Costa y otra Rica

“Tenemos una Costa Rica de las costas con menos escolaridad y menor acceso a la salud, y una Costa Rica del Gran Área Metropolitana, eso nos estalla en estas elecciones. Lo equivocado es culpar a las víctimas por esa desigualdad que estamos viviendo. Lo que no ofrece el Estado ni el mercado lo llenan las iglesias, y ese es el fenómeno actual”, explicó el conferencista Jaime Ordóñez.



“Derechos Humanos y Cultura de Paz: Confesionalismo y los nuevos dogmatismos del siglo XXI”, fue el título de la conferencia que impartió Jaime Ordóñez durante la clase inaugural del I ciclo lectivo 2018. El director del Instituto Centroamericano de Gobernabilidad (ICG), experto en derecho internacional, reforma del Estado y modernización institucional en América Latina, realizó un recorrido histórico desde los años 40 cuando Costa Rica se fundamentaba en una cultura agroexportadora basada en el cultivo del café y donde el bipartidismo marcaba la cultura política del país.


“A partir de 1996 el país se diversifica, quienes exportaban café ahora también exportaban semillas y flores, y se empezaron a instalar las zonas francas. Costa Rica fue uno de los países que más se estratificó, por encima de Argentina, Chile o México, y esto significa que la segmentación económica fue más profunda”.

Desde el punto de vista político, el bipartidismo también vivía sus últimos días, pues los partidos de la época del 48 dejaron de representar a la población. “Del Partido Liberación Nacional surge el Partido Acción Ciudadana y del Partido Unidad Social Cristiana se deriva el Movimiento Libertario. Los partidos civiles se fragmentaron, y esto pasó no solo en Costa Rica, sino en otros países donde además surgieron partidos confesionales, y esto tiene que ver con la incapacidad del Gobierno de llegar a ciertos sectores. Cuando Estado y mercado no pueden cubrir todas las necesidades aparecen otras institucionalidades, entre ellas las iglesias”, dijo.

Jaime Ordóñez recalcó en su conferencia la importancia de invertir mejor en educación, infraestructura y la descentralización política electoral.



Las elecciones realizadas el pasado 4 de febrero muestran, según Ordóñez, que estamos ante Costa Ricas diferentes. “Tenemos una Costa Rica de las costas con menos escolaridad y menor acceso a la salud, y una Costa Rica del Gran Área Metropolitana, eso nos estalla en estas elecciones. Lo equivocado es culpar a las víctimas por esa desigualdad que estamos viviendo. Lo que no ofrece el Estado ni el mercado, lo llenan las iglesias, y ese es el fenómeno actual”.


¿Hacia dónde ir?


Para Ordóñez, quien también se destaca como especialsita en derechos humanos con énfasis en sistemas de protección y derechos humanos, económicos, sociales y culturales, la estrategia para el país se centra en reconstruir el estado social de derecho, un Estado que genere y reparta riqueza, así como se hacía en el siglo XX. “Una sociedad que genere y reparta riqueza de forma equitativa, pero necesariamente tenemos que hacer algunas reformas internas: somos un país que perdió su liderazgo en educación, invertimos el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) pero lo hacemos mal. El índice de escolaridad real, el del que entra a la escuela y el que realmente se gradúa es del 42%, eso quiere decir que estamos hipotecando a la otra mitad de la población, la que es más sensible a entrar en círculos de droga y violencia."


“Costa Rica invierte el 0,91% del PIB en infraestructura, mientras que países como Panamá o Colombia invierten el 7 hasta el 9 % cada uno. Necesitamos trenes, metros, no ampliar es volver a hacer el tren al Pacífico y crear redes de intercomunicaciones para un país de primer mundo. Finalmente, el tercer cambio tiene que ver con representación política: la Costa Rica bucólica y bipartidista ya no existe; ahora tenemos siete u ocho partidos políticos, somos un parlamentarismo de facto, necesitamos un parlamentarismo de derecho, que implica que nos descentralicemos no solo de la parte político electoral, sino que hagamos importantes cambios para el derecho al acceso a la salud y la educación en donde realmente estamos fallando”.



Por la ética y los derechos humanos

En el 2018 como año de la UNA por la Autonomía, la Regionalización y los Derechos Humanos en el marco de la celebración del 45 aniversario, el pasado 7 de marzo se realizó en el auditorio Clodomiro Picado, la conferencia inaugural del I ciclo lectivo 2018.


Yadira Cerdas, vicerrectora de Extensión, explicó los argumentos en que se fundamenta esta declaratoria del Consejo Universitario, entre ellos la necesidad de potenciar la formación integral en el estudiantado en el campo de la ética educativa y los derechos humanos como eje central en los procesos de la vida universitaria.


Asimismo, se conmemora el Centenario de la Reforma de Córdoba y el Manifiesto Liminar de la Federación Universitaria de Córdoba, que heredan a la educación universitaria su condición de autonomía para el ejercicio de la libertad de pensamiento crítico y acción reflexiva, en su relación con la sociedad. Además, de acuerdo con la declaratoria y según lo planteado por la Vicerrectoría de Extensión, se propone analizar de forma permanente las realidades regionales para precisar sus problemas y causas, con el fin de definir los ejes territoriales prioritarios, así como los respectivos planes de desarrollo institucional, local y regional.


Alberto Salom, rector de la UNA, destacó la importancia de las luchas que se han dado desde la universidad humanista en procura de la inclusividad y el desarrollo en contra de la desigualdad social, enmarcado en el respeto al otro, el diálogo y la tolerancia.







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