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UNA abrirá maestría en terapias complementarias

Las terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios aplicados de manera individual o en combinación para mantener el bienestar, forman parte de las terapias complementarias.


Desarrollar una propuesta científico-profesional en el área de las terapias complementarias (TC), bajo el precepto mente-cuerpo, es el propósito de una maestría que se diseña en la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida de la Universidad Nacional (Ciemhcavi-UNA), la cual se espera inicie en el 2019.


Las académicas de Ciemhcavi, responsables del proyecto, Inés Revuelta e Irina Anchía, explicaron que las TC se complementan con la medicina habitual. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define las terapias complementarias como el conjunto de prácticas de atención en salud que no forman parte de la medicina convencional de un país, dado que se encuentran integradas en el sistema de salud dominante.


Revuelta agregó que se han identificado más de 160 categorías derivadas de esta clasificación conceptual, que constituyen diferentes actividades o prácticas tan amplias como las de orientación holística de la salud, hasta prácticas más puntuales. “La propuesta para la maestría se encuentra en una etapa de diseño y se espera que los aspirantes sean profesionales que laboran en salud en áreas tales como medicina, enfermería, psicología, nutrición, promoción de la salud, terapia física, así como los egresados de Ciemhcavi”.




Características y beneficios


Anchía indicó que se ha establecido un posible enfoque de las TC basado en principios de entrenamiento deportivo, de acuerdo con la situación, estado, característica y posibilidades de la persona. De ahí que se categorizan bajo los principios de individualidad, especificidad, progresión y variedad. Asimismo, las TC se clasifican en sistemas integrales o completos, terapias biológicas, de manipulación del cuerpo, mente-cuerpo y energía.


La demanda de las TC aumenta en todo el planeta y en el tanto sean de calidad, seguridad y eficacia, contribuyen con el mejoramiento de la salud y calidad de vida de las personas. “En este momento autoridades de gobierno y usuarios examinan los aspectos relacionados con prácticas y futuros profesionales de las TC, con el fin de determinar su eventual integración en la prestación formal de servicios de salud”, destacó Anchía.


En cuanto al beneficio para las personas, es fundamental recordar que las TC no sustituyen los tratamientos tradicionales; más bien los complementa. Atienden patologías no sólo desde el punto de vista de los síntomas, sino que también desde las causas emocionales y psicológicas. A la vez, contribuyen con el proceso de envejecimiento, trastornos del sueño, mantenimiento del equilibrio y la fuerza de rehabilitación de enfermedades del corazón; controlan el dolor, contribuyen al manejo del estrés y la salud mental como estados de ánimo, depresión, ansiedad, ataques de pánico, entre otros.

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