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Mensajeros de esperanza

• Reconocidos pensadores chilenos de paso por la UNA.

• Promotores del pensamiento positivo y la conversación terapéutica.

Él viste informal, algunos dirían que descuidado en su apariencia. Ella sí atiende su peinado, y es consciente de su imagen. Distintos por fuera, similares por dentro, porque cuando hablan del ser humano es como si se conocieran desde niños. Son Humberto Maturana, biólogo, escritor, y Ximena Dávila, epistemóloga y orientadora de relaciones humanas, los dos, reconocidos pensadores chilenos, ambos, cofundadores de la Escuela Matríztica de Santiago Chile. Traídos al país por la Universidad Técnica Nacional (UTN), estuvieron de paso por la Universidad Nacional (UNA) en el mes de julio, participando de diversas actividades. Algunos de sus puntos de vista sobre la vida, de seguro le resultarán valiosos.


Odio acumulado = cáncer

Para ambos, el cáncer puede ser el resultado de emociones negativas no canalizadas, como el odio. Sus posiciones entorno a los sentimientos y su vínculo con posibles enfermedades les ha valido airadas reacciones en toda América Latina, particularmente de parte de la medicina convencional: “el odio es una distorsión general de la fisiología del organismo que afecta a la regeneración de los tejidos, y el sufrimiento desencadena el cáncer. Aquel viejo dicho lo advierte en el sentido de que los malos pensamientos envenenan el alma, y también los órganos, el hígado por ejemplo”, explica Humberto Maturana. Su compañera, Ximena Dávila va más allá: “el resentimiento es una de las peores emociones, al punto que donde tú toques a una persona, le duele. Esa rabia que contengo y sostengo durante la vida, y la cultivo, irá agrandando un posible malestar”.


Los dos especialistas coinciden en que un mal pensamiento, no sólo puede comprometer la salud, también las acciones conscientes: “cuando estamos tensos podemos terminar haciendo mal las cosas, actuamos con más rigidez. Note por ejemplo cuando usted tiene un objeto delicado en sus manos, y tiene miedo de dañarlo, a lo mejor justamente lo aprieta y lo echa a perder. Si te relajas, y lo tomas diferente todo sale bien”, sostiene Maturana.




El secreto: soltar el pasado

“Desapegarse o soltar implica decir: esto ocurrió en un momento de mi historia pero hoy día quiero vivir diferente, y la liberación ocurre cuando me doy cuenta que todo lo que he vivido en mi historia, con todos los dolores que haya tenido, con todas las alegrías, pesares, es lo mejor que pude vivir para encontrarme hoy día donde estoy. Entonces la liberación es abrazar la historia con todo lo que ésta tenga, sin culpa, sin resentimientos”, reflexiona Dávila.


Para Maturana y Dávila lo que subyace a este planteamiento es la posibilidad de reconocerse, y algo aún más elaborado, aceptar al otro. ¿Cómo lograrlo?: “amaos los unos a los otros como yo os he amado, y si ustedes se preguntan y tratan de ver cómo amó Jesús, van a ver que era eso, si leen los evangelios encuentran con que el que amar de Jesús era dejar que los otros aparecieran, que los pecadores vinieran. ¿Qué quiere decir eso? No se está autorizando o estimulando el pecar, no es eso, más bien se trata de que el otro venga en la confianza de que va a ser visto, y de ser visto puede que se libren de su apego al pecado”, argumenta Maturana.


Sin embargo, en la relación con el otro, hay algunas advertencias que ambos pensadores hacen: “la verdad uno nunca termina poniéndose en los zapatos del otro, ese es un concepto que uno usa pero que realmente oculta el fenómeno. Pensemos en que si yo quisiera ponerme en tus zapatos, me saco los míos y me pongo en los tuyos, pero no es cierto que yo vaya a vivir tu historia, y tú no vas a vivir la mía, por que somos diferentes, con contextos y raíces distintas, por lo tanto eso de ponerse en los zapatos del otro nunca ocurre. Quizás lo único que podemos hacer es acompañar al otro, amar al otro”, concluye Dávila.


¿Conversamos?

Los aportes de los dos humanistas a la psicología se consideran fundamentales: el de la terapia conversacional es uno. En el año de la UNA por La Vida, el Diálogo y la Paz resulta más que una coincidencia: "la terapia permite volver a reencontrar los pilares de las relaciones humanas, aprender a comunicarse positivamente, desarrollar habilidades orales hacia la familia y los hijos, aprender a escuchar desde el otro y traer nuevamente a la relación los espacios de respeto, aceptación y reconocimiento del otro como una persona distinta a nosotros”, asegura Maturana.


“Lo maravilloso del diálogo es abrirse al otro. El secreto consiste en soltar lo que tengo para ver todo desde otra perspectiva. Cada vez que soltamos lo que creemos que es una verdad o creencia, aparece algo nuevo. Una apertura de la mirada reflexiva. Dejar de saber, para ponerse en la posibilidad de no saber, ¡eso es un cambio!”, concluye Dávila.


Los conceptos y teorías de Humberto Maturana y Ximena Dávila han influido las ciencias naturales, la antropología, la psicología, la sociología, un sin número de áreas del conocimiento humano.


NOTA: Escuche la entrevista completa que se le hiciera a ambos pensadores en el programa UNA VOZ, en el siguiente enlace https://soundcloud.com/universidad_nacional/el-poder-del-pensamiento-positivo o bien, visitando la página www.facebook.com/unavozcr

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