top of page

Becados de la UNA ya no deben cumplir con requisito de horas colaboración

Amparados en una serie de consideraciones, y en atención a una demanda que desde hace algunos años venía planteando el movimiento estudiantil, la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA) derogó el requisito que obligaba a los estudiantes becados a cumplir con horas colaboración en diferentes instancias de la universidad.


Con este acuerdo se pone fin a una práctica que se daba en la UNA casi desde sus inicios. La decisión, comunicada oficialmente este martes 27 de junio, pondera dos hechos que el movimiento estudiantil ha denunciado: que las horas colaboración las hacían exclusivamente estudiantes a quienes la institución les otorgó una beca, y debían realizarlas como una obligación por habérseles otorgado dicho beneficio, mientras que el estudiantado que no se hizo acreedor a una beca quedaban exentos de cumplir con este requisito. Además, el movimiento estudiantil ha argumentado que el programa “fue perdiendo su sentido inicial, de prestación de un servicio solidario a la sociedad o a la propia universidad, que les resultara edificante, para convertirse en un trabajo carente de interés para una parte del estudiantado, encaminado a cumplir tareas de escaso valor académico”, según establece el acuerdo oficial.


En el mismo sentido Daniela Alpízar, presidenta de la Federación de Estudiantes (Feuna) y estudiante de la carrera de Planificación Económica y Promoción Social, enfatizó que no se debe perder de vista que: la beca es un derecho pleno que tienen las personas que cumplen con el perfil socioeconómico, y se concibe como un componente necesario para que la persona pueda estudiar y acceder a su derecho fundamental a la educación. Además, hizo ver que todas las personas estudiantes en el sistema de educación superior pública son becadas en tanto reciben exoneraciones y subvenciones en el pagos de los servicios que reciben y que (mantener el requisito de horas colaboración) constituía una discriminación a una parte de la población que no puede pagar lo mínimo para ingresar al sistema.


El movimiento estudiantil de la UNA tuvo una destacada participación en este cambio. Daniela Alpízar, presidenta de la Federación de Estudiantes (Feuna) y estudiante de la carrera de Planificación Económica y Promoción Social se mostró satisfecha por haber acabado con la que considera una práctica discriminatoria.


Este año alrededor de unos 7489 estudiantes de los programas de becas Luis Felipe González Flores y Omar Dengo de la UNA realizaban horas colaboración. Cada quien cumplía con tres horas semanales, según informó Ana Lucía Bolaños, coordinadora del Programa Adjudicación de Becas, Apoyo Socioeconómico y Seguimiento (Pasos), de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil.


Bolaños destacó que algunos de los programas e instancias que se verán mas impactados, dada la cantidad de estudiantes que colaboraban en sus funciones, son la División de Educación Rural (196 estudiantes), el Departamento de Bienestar Estudiantil (184), el Instituto de Estudios Sociales en Población (175), el Departamento de Promoción Estudiantil (156), la Escuela de Ciencias Ambientales (149), así como las asociaciones estudiantiles (1546), la Feuna (255), y las sedes regionales (779 en Pérez Zeledón, 625 en Liberia, 519 en Coto, 496 en Nicoya y 288 en Sarapiquí).


En el acuerdo de la Rectoría (CIRCULARUNA-R-CIRC-42-2017) que pone fin a las horas colaboración también se destacaron hechos como el haberse creado una “desigualdad indeseable entre estudiantes con y sin beca” lo cual generó una resistencia frente a dicho programa porque les resultaba perjudicial para los estudiantes becados y lesivo a los derechos humanos, punto de vista que también comparte en el rector Alberto Salom y la rectora adjunta Luz Emilia Flores.


Aún cuando reconocen también que en muchos casos la experiencia resultó positiva para los estudiantes, las autoridades universitarias agregaron que no por ello se subsanan las críticas del movimiento estudiantil. De hecho, se informa que al final de este ciclo se creó una situación crítica muy álgida por parte de la dirigencia estudiantil, que provocó inclusive el falseamiento del programa por un sector relevante de estudiantes que no hicieron las horas colaboración y esta situación se tornó insostenible para el Departamento de Bienestar Estudiantil.


Hacia un nuevo programa


Mientras tanto, la Rectoría informó que, desde el pasado 1 de junio se realizan las consultas de rigor ante las instancias universitarias correspondientes (Área de Planificación, Asesoría Jurídica y Feuna) y se trabaja con celeridad para modificar el Manual de Organización y Funciones de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, en el cual se contempla el requisito de horas colaboración.


Las nuevas disposiciones sobre este tema entrarían en vigencia una vez que la Rectoría las haya aprobado y publicado en los medios correspondientes. Sin embargo, el comunicado oficial se refiere a esta iniciativa como un “nuevo programa de solidaridad, cooperación y participación, bajo el principio de voluntariedad, que involucre a toda la población estudiantil”.


Al tiempo que mostró su beneplácito por el fin de la que considera una práctica discriminatoria, la presidenta de la Feuna expresó su convicción por el trabajo solidario con la universidad y la sociedad e invitó a estudiantes e instancias universitarias a “abrir un trabajo de aprendizaje en programas y proyectos afines con las carreras”. Ramírez adelantó que la eliminación de horas colaboración es el inicio de otras demandas estudiantiles relacionados con el monto de beca, la obligatoriedad de participar en ciertas actividades, la vigencia del manual de derechos para residentes y sus condiciones, entre otras. “Falta mucho por revisar y reformar”, concluyó.

bottom of page