Viernes científico: UNA pronosticará caída de ceniza tras erupciones
Un innovador proyecto ya permite a químicos de la Universidad Nacional (UNA), alertar con exactitud dónde y cuándo caerá ceniza volcánica, y gases como dióxido de azufre y monóxido de carbono en cualquier parte del territorio tras una erupción.
La iniciativa "Modelo de dispersión de contaminantes en aire" fue desarrollada por el Laboratorio de Química de la Atmósfera de la UNA (LAQAT-UNA) y se aplica exitosamente desde octubre pasado con el Volcán Turrialba. “Como científico y ciudadano es una satisfacción hacer un aporte de estos, por que podría ser aplicado a la salud de la población, la seguridad de los vuelos, la salud animal y de muchos cultivos; poder pronosticar la llegada de material volcánico hasta 2 horas antes que arribe a un lugar”, aseguró José Pablo Sibaja, investigador de la Escuela de Química de la UNA y coordinador del proyecto.
El protocolo se ha puesto a prueba durante 4 meses. Los químicos de la UNA son advertidos por expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica de la Universidad Nacional (OVSICORI-UNA) sobre la actividad volcánica. De inmediato, y con tecnología desarrollada por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), los encargados del proyecto hacen una modelación de la forma en que se distribuirá la ceniza, tomando en cuenta parámetros del Instituto Meteorológico Nacional (IMN). Dicha tarea tomará unos 30 minutos. Los mapas y animaciones que revelan la dispersión del material volcánico, son enviados a las autoridades competentes, entre las que está la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y Aviación Civil, entidades que tomarán las decisiones respectivas. Según el criterio de expertos, normalmente la ceniza demora de 2 a 4 horas para impactar un área lejana a un volcán. Tecnologías y protocolos similares ya se aplican con buen suceso en países como Estados Unidos, México, Chile y Colombia. Recientes investigaciones de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UNA y el OVSICORI concluyeron que las partículas emanadas por los volcanes, podrían detonar enfermedades crónicas como la diabetes, las alergias, y padecimientos respiratorios como el asma y la bronquitis. Además, el alto grado de acidez de la ceniza, frecuentemente detectado tras diversas erupciones en el país, podría tener implicaciones para la salud humana, los cultivos, y la salud animal. Sobre esto último, la acidez de la ceniza en ríos y lagos cercanos, impide la reproducción de peces e impacta sensiblemente al ganado. La preocupación incluye la pureza del agua potable. *Para más información. Oficina de Comunicación, UNA (2277-3067/2237-5929)*