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Claman por movilidad colaborativa en el transporte

La alta concentración de personas en las ciudades, las innovaciones tecnológicas, los altos costos de mantenimiento de vehículos, la mala calidad del transporte público, el ahorro y el beneficio ambiental son algunas de las razones que están llevando a los expertos a plantear la movilidad colaborativa en América Latina.

Con el objetivo de reflexionar sobre su posibilidad en Costa Rica y los retos regulatorios que esto implica, el pasado pasado 11 de noviembre, el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), el World Resources Institute y CTS EMBARQ México realizaron el I Foro de Movilidad Colaborativa en el Transporte.

La movilidad colaborativa es una nueva tendencia mundial que busca que los habitantes de la ciudad compartan distintas formas de transporte en el espacio público, apoyando tal gestión con plataformas digitales.

Fernando Páez, director de Sistemas Integrados de CTS EMBARQ México, explicó que la manera de transformar a una ciudad desde la movilidad colaborativa es cambiando el paradigma en el uso del espacio, para lo cual se requiere mayor planeamiento urbano, transformaciones sobre la movilidad (hay mejores formas de moverse), mejoras en los sistemas de transporte público, sistemas integrados de transportes (integración de tarifa, infraestructura, etc.), promoción de modos no motorizados (bicicleta, por ejemplo) y desincentivo al uso de vehículo privado, entre otros. “Nuestros gobernantes deben entender que la movilidad es un derecho. Esto es lo que debe ponerse en primera fila”, argumentó Páez.

Diagnóstico de la situación de Costa Rica

Leiner Vargas, académico e investigador del CINPE, realizó un diagnóstico de la situación de Costa Rica en materia de movilidad colaborativa. Su estudio reflejó que existe una serie de elementos que empobrecen la posibilidad de su aplicación de manera extensiva: una enorme flota vehicular y carreteras que ya no la soportan, vehículos privados que han tomado posesión del espacio urbano, congestión, contaminación, accidentes de tránsito y un transporte público insuficiente y deficiente.

Vargas también profundizó en los temas que considera prioritarios para la implementación de la movilidad en Costa Rica: reorientación en la filosofía y políticas que articulan infraestructura urbana y de transporte, reorganización y ordenamiento vial de las ciudades, con una visión sustentable; una política de Estado en materia de transporte que contenga nuevas medidas regulatorias y de gestión en el transporte, de cara a los desafíos vigentes y una política pública flexible que incorpore innovaciones tecnológicas y sociales. “Nuestro modelo de movilidad, como país, es insostenible. Y los avances que se han dado en esta materia, ya se han desactualizado”, agregó.

El caso de la ciudad de México

Por su parte, Rufino León, exsecretario de Movilidad de la ciudad de México, explicó que la adaptación de esta ciudad fue difícil sobre todo en términos políticos por los intereses que suelen existir por parte de distintos grupos.

León comentó que la movilidad a la que han aspirado en la ciudad de México se asienta en los siguiente principios: seguridad, accesibilidad, eficiencia, equidad, calidad, resiliencia, multimodalidad, sustentabilidad y bajo carbono, participación y corresponsabilidad social e innovación tecnológica.

Mencionó, además, que los ejes estratégicos en los que se han trabajado se vinculan con un sistema integrado de transporte (un sistema, una tarjeta, múltiples opciones), calles para todos, más movilidad con menos autos, cultura de la movilidad, distribución eficiente de mercaderías, desarrollo urbano orientado al transporte sostenible y otros.

Sobre el caso de Costa Rica, León dijo que “está en un momento coyuntural que debe aprovechar para poner en práctica la movilidad colaborativa”.

Regulación de la movilidad colaborativa en Costa Rica

Al finalizar el I Foro de Movilidad Colaborativa en el Transporte se llevó a cabo una mesa de discusión sobre la legislación de esta actividad en Costa Rica. En ella participaron Elí Feinzaig, exviceministro de Transporte; María José Vásquez, cofundadora de Costa Rica Limpia; Humberto Pacheco, director de Uber Costa Rica; Juan Ricardo Fernández, de la Asociación de Consumidores Libres; Erick Ulate, de la Asociación de Consumidores de Costa Rica y Franklin Corella, diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC).

Feinzaig comentó que en Costa Rica la regulación se ha puesto en el interés del prestatario del servicio y no del usuario. Además, abogó por “cambiar el paradigma de que todo debe estar hiperregulado”. En su criterio, la regulación de la movilidad colaborativa debe ser comprensiva, simple y flexible, basada en principios de transparencia y competencia. Además, dijo que debería de estar centrada en el usuario.

Pacheco, por su parte, cree necesario seguir incentivando plataformas tecnológicas que permitan el mejoramiento de las ciudades constantemente, así como tener en cuenta los siguientes criterios para la regulación: eliminar las barreras de entrada y procesos burocráticos, regular basados en criterios de seguridad y garantizar tanto la eficacia de las empresas como tarifas transparentes.

Fernández argumentó que es necesaria “una seguridad jurídica de que cualquier empresa pueda operar”. También ve en la libre competencia la respuesta a la regulación de la materia de movilidad colaborativa.

Mientras, Ulate llamó la atención en el sentido de que “tenemos una legislación que protege a grupos de poder y no al usuario”; Vázquez incentivó a los presentes a escuchar la voz de la ciudadanía y conocer qué quieren ellos. “Es necesario dejar atrás la visión de solo consultar a los expertos. Hay que consultar a los ciudadanos”.

Finalmente, el diputado Corella recordó que “el transporte de personas es de interés para el Estado, debido al tema de seguridad. De ahí que sea tan difícil su regulación y la idea de una libre competencia en el área”.

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