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Horas colaboración: el rostro detrás de una lucha

El pasado 26 de junio la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA) comunicó oficialmente la derogación del requisito que obligaba a los estudiantes becados a cumplir con horas colaboración en diferentes instancias de la universidad. El acuerdo puso término a una práctica que se daba en la UNA casi desde sus inicios.


Esta noticia, esperada por un sector estudiantil que había atendido el llamado que hiciera, desde principios del año, el Consejo de Asociaciones de Estudiantes (Caeuna) de no cumplir más con dicho requisito o cumplirlas con esta organización, marcó el fin de una lucha que ya se había dado con éxito para los estudiantes en otras universidades estatales.


¿Cuándo, cómo y quién impulsó esta reforma? La lucha se remonta al 2015, cuando se empezó a generar conciencia sobre el tema de becas en general y sobre este en particular, recuerda Andre Hansen, actual coordinador general del Caeuna. A principios de este año se inició una campaña agresiva de comunicación tanto en redes sociales como en las pizarras de las diferentes escuelas, con la que se cuestionaba el porqué la UNA aún mantenía las horas colaboración. La discusión se reforzó con sesiones en diferentes asociaciones estudiantiles y en una asamblea abierta (14 de marzo), en la que se abordó el tema, tanto con la Rectoría como con el Departamento de Bienestar Estudiantil.




La campaña de concientización puso énfasis en varios aspectos. Tanto Hansen como Asís Zúñiga, coordinador de finanzas del Caeuna, enumeran los cuatro principales:

  1. La discriminación por condición socioeconómica: solo los becados Luis Felipe Gonzáles y Omar Dengo debían cumplir con este requisito, mientras que otros estudiantes beneficiados con algún tipo de exoneración y el resto de la población estudiantil no.

  2. No hay aprendizaje. En buena parte de los casos, los estudiantes manifestaron no estar satisfechos con el tipo de labor que debían realizar en las instancias universitarias, pues sentían que no tenía relación con su área de formación, que el espacio en las oficinas más “atractivas” era limitado y que no había aprendizaje (se reconoce, si embargo, que muchos estudiantes de otras sí encontraban beneficios en esta práctica y no estaban de acuerdo con la lucha).

  3. Principio constitucional. La educación es un derecho garantizado por el Estado; aplicar un requisito adicional a una persona que ya había cumplido con el proceso de ingreso a la educación superior era un condicionante a ese derecho.

  4. Otras universidades estatales ya había eliminado el requisito (UTN en 2014, UCR en 2015, TEC en 2017).


Asís Zúñiga, coordinador de finanzas, y Andre Hansen, coordinador general del Caeuna, brindaron detalles sobre el proceso que culminó con la eliminación de las horas colaboración.


Ni Hansen, ni Zúñiga ni los otros integrantes del Caeuna (Omar Ureña y Gloria Alfaro) desean llevarse los créditos de este logro, pues reconocen que en todo el proceso fue clave la participación de muchas asociaciones estudiantiles, dentro de las cuales mencionan Filosofía, Ciencias Ambientales, Historia y Pérez Zeledón.


La Asociación de Estudiantes de Pérez Zeledón tuvo una destacada participación en este proceso.


El 7 de abril, cuando se logró un acuerdo entre el Caeuna y la Rectoría, mediante el cual la segunda se comprometía a presentar una propuesta, en la que se incorporaría el criterio técnico de las instancias universitarias (Área de Planificación, Asesoría Jurídica y Federación de Estudiantes), el Caeuna informaba sobre los avances de la negociación y la eventual eliminación del requisito.


Finalmente, el 26 de junio la Rectoría comunicaba (CIRCULARUNA-R-CIRC-42-2017) el fin de las horas colaboración y anunciaba la modificación del Manual de Organización y Funciones de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, donde se contemplaban las horas colaboración. Al mismo tiempo anunciaba la creación de un “nuevo programa de solidaridad, cooperación y participación, bajo el principio de voluntariedad, que involucre a toda la población estudiantil”, propuesta con la que los estudiantes que participaron en la Asamblea del 14 de marzo mostraron su acuerdo.

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